La ciudad de Krasnik, en Polonia, había declarado el año anterior que estaba completamente “libre de personas LGBT”. Sin embargo, ahora se enfrenta a una severa crisis financiera, derivada de las sanciones económicas que le han impuesto sus vecinos europeos.
En mayo de 2019, diversas ciudades de Polonia firmaron una declaración abiertamente homofóbica en la que acordaron que convertirse en localidades sin personas LGBT. En efecto, tras la promulgación de dicho acuerdo, muchos individuos de dicho colectivo se desplazaron de sus hogares para evitar la discriminación. Estas medidas fueron recibidas con gusto por la comunidad conservadora y católica del país europeo.
Ante tales medidas abiertamente homofóbicas, diversos países europeos cancelaron contratos y acuerdos con las ciudades polacas; entre ellos, Francia y Noruega aseveraron que no concederán subvenciones a las localidades que se declaren “libres de gente LGBT”. De este modo, mostraron su apoyo hacia las personas homosexuales que han visto afectados sus derechos.
Alcalde pide cancelar reformas anti LGBT
Finalmente, dichas sanciones comienzan a mostrar resultados, ya que la ciudad de Krasnik se enfrenta a una severa crisis financiera. El alcalde de la localidad, Wojciech Wilk, aseguró que se habían convertido en “el hazmerreír de Europa” y que los ciudadanos están enfrentando las consecuencias de dicha medida. Ahora, el mandatario teme no obtener fondos del extranjero mientras no se derogue la resolución contra el colectivo LGBT; asimismo, asegura que la ley “es perjudicial para su pueblo y para sus habitantes”.
En numerosas entidades de Polonia, la población se considera altamente conservadora y católica; por este motivo, las medidas homofóbicas se recibieron con entusiasmo entre buena parte de los ciudadanos. En este mismo año, también se aprobaron reformas que prohibirán casi totalmente los procedimientos abortivos. Ante tales leyes, colectivos feministas se manifestaron en el país europeo.
Fuente: plumasatomicas.com