El pelotero del guebo 3ra parte:
Los siguientes días fueron muy raros., Ivan me veía en los entrenamiento y en las duchas como un lobo mira a su presa. Los chicos no podían evitar las risas burlonas y susurros en los que alcanzaba a escuchar: lo vamos a partir en dos, ya pronto lo vamos a romper, ya quiero darle. Sumado a esto los chicos habían dado un cambio radical y de no hablarme, había pasado a incluso saludarme y compartir conmigo en la mesa a la hora de la comida. Tenían una simpatía algo extraña, y para serles sincero me sentía como los cerdos cuando están a punto de morir, cuando van a ser asesinados para diciembre y los tratan bien, y le dan mucha comida.
En mi subconsciente me hacia a la idea y hasta fantaseaba que Ivan les había ordenado tratarme bien para luego usarme como su perrita. Para que luego no me resistiera, para que fuera bien sumisa y lo complaciera como se complace a los machos. Como comprenderán esos días la calentura me tenia grave, aunque intente fluir y vivir el momento, no podía evitar ver y sentir como esos machos me miraban con maldad o como en los entrenamientos esos guebos brincaban de un lado a otro en esos pantalones cortos.
Pude notar que los chicos cuando entrenaban se agarraban el guebo mas que antes y que cuando lo hacían lo hacían de frente a mi, es como si quisieran que viera esos guebos, como si estuvieran advirtiéndome que me romperían entre todos pronto y no habría nada que pudiera hacer para evitarlo. Me usarían entre todos y si me resistía me darían mis golpes.
En los siguientes días, los chicos pasaron de agarrarse el guebo a decirme perrerias cuando les pasaba cerca y sabían que nadie les escuchaba. A agarrarme las nalgas en los pasillos de noche cuando iba por algo a la cocina, a agarrarme las tetas y decir: uffff ya es señorita y reírse. Sabia que se acercaba, habían pasado de los verbal y los gestos a lo físico, cada vez se acercaban mas y mas. Todo parecía un plan orquestado o un modus operandi bien definido y que terminaría con una sola cosa: algunos, todos o el (Ivan) dentro de mi.
Esos pensamientos me mantenía super caliente, excitado al punto que de noche me frotaba con la almohada y me venia durmiendo. Los sueños húmedos se hicieron recurrentes y siempre eran el mismo: Una fila de hombres (todos ellos) esperándo su turno para clavarme, todos con los guebos parados y lubricados listos para tomar su posición en mi culito húmedo y caliente, y yo dándoles placer y ordenándonos hasta dejarlos sin una gota de leche.
Oh la mente, que cosa tan maravillosa. Puedes imaginar cualquier cosa, pero por otro lado pensaba ¿pasaría de verdad? ¿No seria que me estaba creando falsas expectativas y al final lo del jabon solo era una señal de que los maricones no tienen cabida en el play?. También pensaba: No puede ser, Johan me había advertido que le ¨había gustado a Ivan¨ o al menos mi culo. ¿Lo había dicho para aumentar la humillación o para ver como reaccionaba?. Estaba en un punto que todo lo sobre pensaba.
Si, estaba muy confundido la verdad, lo negativo y pesimista me ganaba, y es que, aunque los chicos jugaban conmigo, me agarraban y me sobaban, eso no necesariamente era garantía de nada, habían pasado muchos días desde lo del baño y aun nada, asi que, no me iba a seguir preparando y haciéndome lavado de horas para lo que no iba a pasar, esa noche me haría el ultimo y si no pasaba nada iba a darle banda.
El entrenamiento de ese dia fue muy agotador, al entrenador le dio para hacernos sufrir. Lo que tocaba era ducha, cena y dormir, pero aun era temprano así que, pensé tener solo una siesta para descansar un poco y luego hacer cualquier cosa o ver TV. Así hice, pero estaba tan agotado que la siesta se convirtió en un sueño profundo, solo pude despertar cuando sentí que una mano gruesa y con algunos callos me hacia presión mientras tapaba mi boca. No podía hablar, segundos después otra manos tapo mis ojos, sin embargo alcance a ver que Ivan estaba ahí.
Ivan: Ya se que sabes quien soy, reconoces mi voz. Te llego tu día perrita.
Ivan: Te vamos a coger todos y no sabrás quien lo hizo, tendrás que adivinar cual de todos te dio.
Los chicos (mas fuertes que yo) me tomaron por los brazos y me sometieron, no había nada que yo pudiera hacer. Yo trataba de safarme, de que me quitaran la mano de la boca para poder decir algo, pero mientras mas fuerza yo hacia, mas fuerza aplicaban sobre mi. Parecían excitarles mas mi resistencia.
Yo obviamente me moría de ganas porque me partieran en 2 el culo, pero habían dos problemas, por un lado tenia que seguir aparentándo y que pensaran que no soy tan maricon que estoy dispuesto a abrir el culo así nada mas y por otro lado, no me había hecho el lavado, me quede dormido y no me dio tiempo a nada.
Se que hay hombres que cuando tienes esos accidentes con ellos se ponen agresivos y hasta golpe te dan, estos eran 4, así que si los decoraba me mataban. No pude advertirles, así que solo pensé, que sea lo que Dios quiera.
Entre los 4 me voltearon, me pusieron boca a abajo y uno de ellos me subió el culo, dejándomelo expuesto y en 4. Uno de los chicos rasgó mis pantaloncillos dejando mi culito rosado a la merced de cualquier guebo. Entonces escuche que alguien me susurraba en los oídos: el macho que te gusta hoy no te va a singar, así que yo seré el primero. Reconocía esa voz, era Johan. El seria el primero en clavarme el primero en llenarme ese culo de leche y abrirme, el me dejaría listo para los demás.
Johan se coloco detrás de mi, me escupió el culo y con una sola embestida me metió la mitad. Yo sentí que se me salía el alma, un dolor profundo me invadió, un dolor tan profundo me hizo intentar safarme nuevamente y gritar, pero tenia las manos en la espalda y la boca tapada.
Johan: Parece que le dolió a la perrita, ya lo disfrutaras.
Johan metió la otra mitad y aunque me dolió también, ya no había nada que pudiera hacer, solo mas gritar y retorcerme. En cada una de esas retorcidas se salia el guebo, así que Johan se enfurecía y lo metía nuevamente a la mala, no me quedo mas remedio que colaborar y colocar ese culo en una posición cómoda para que pidieran disfrutar y se viniera lo mas pronto posible.
El dolor se fue convirtiendo en placer, afortunadamente el guebo de Johan lubricaba mucho y ya se sentía rico, las embestidas de Johan cada vez mas rápidas me hicieron sentir que por fin se estaba dando lo que tanto había deseado y que aunque tenia la cara tapada y no sabia cuales seria nos otros dos ya no me importaba, Johan abriría el camino y los demás guebos se irían suave, solo me dedicaría a disfrutar de mis machos.
Johan me bombeo por un buen rato y de vez en cuando se acercaba a mis oídos para decirme cosas sucias. Me decía maldita perra, mira como abres ese culo, eso era lo que querías; varios machos rapándote ese culo y muchas cosas mas. Yo por mi parte (creo que por tener los ojos cerrados), podía sentir todo, sentía como la ñema de Johan entraba y salía de la tela que la rodeaba (prepucio), como ese guebo de vez en cuando se ponía mas duro y caliente, como esa ñemota que tenia se calentaba y botaba baba.
Ivan ordeno que me metieran otro guebo en la boca, el ya sabia que yo no gritaría y para no desperdiciar espacios, ¿por que no usar la boca también?. Fue cuando sentí un guebo gordo y largo llenándome la boca mientras me decía su dueño: no me pegues los dientes o te quedaras sin ellos. Ahora si estaba como puerco en puya, Johan embistiéndome con todas sus fuerzas por el culo y otro desconocido metiéndome su guebon hasta la garganta, en ocasiones dejándome sin poder respirar.
De repente sentí que Johan me halaba hacia atrás, me apretaba con sus manos fuertes las nalgas al punto que dolían. Johan tiro un grito que hasta me asusto y fue cuando lo supe, se estaba viniendo. Segundos mas tardes sentí como chorros de leche me inundaban el culo, me estaba preñando el primero de todos los que serian mis machos.
Johan saco su guebo ya flácido y todavía goteando leche, mi culito también boto un poco. Creo que esto excito aun mas al que me violaba la boca, porque se le puso aun mas dura, le gustaba ver como mi culo destilaba leche de macho, así que, ni tonto ni perezoso no tardo en sacármelo de la boca y colocarse detrás de mi. Al mismo tiempo sentí como otro guebo, esta vez un poco mas pequeño entraba en la boca y aunque para ese entonces ya ninguna mano tapaba mis ojos, los mantuve cerrados, quería obedecer, ademas ya no me interesaba quien me cogia por cualquier parte..
Atrás, el desconocido y guebú me abría el culo con las manos para escupírmelo, sabia que era inminente su envestida, sabia que me partiría en dos, que seria tosco y bruto, así que, respire profundo. Sin embargo no fue asi, fue toda una sorpresa para mi cuando sentí que primero me estaba dando brocha, y pensé: ufff este si me dará suave. El desconocido resulto todo un caballero, lo entro suave y con envestidas decente.
Ese guebon me tenia super excitado y no se si fue porque ya tenia el culo lleno de leche y dilatado o porque el guebo se sentía tan rico, pero me excite al punto que mi guebo no podía mas, así que me saque el guebo que tenia en la boca solo para decir: rómpeme el culo.
Ivan grito: ¡eso perra!
El desconocido comenzó el típico va y ven, el mete y saca que que nos vuelve locas cuando el macho sabe moverse, cuando hay caja de bola en las cinturas y te da con piquete. Yo sentía como ese guebo se ponía cada vez mas duro y aunque este era circuncidado, casi sentía como se inflaban sus venas, como ese ñemon se ponía mas y mas caliente y como mi culo iba dilatando como si no existiera un mañana.
Ivan lanzo una apuesta, el que se venga primero le dejare un privado con la perra.
Ahí comenzó un bombeo incesante por la boca y por el culo, sentir que me ahogaba, pero estaba tan excitado que solo sentía que debía complacer a esto machos, mi machos compañeros de pelota que cualquier maricon desearía y que yo solo en una noche me había ordenaría a tres.
El bombeo de ñema continuaba, pensaba que me ahogaría, me metía el guebo hasta la garganta, no se en que momento se coordinaron, pero el de atras y el de adelante empezaron a meter esos guebos al mismo tiempo, ya no había respiro y fue en uno de esos momento en el sentí como un liquido marchoso y un poco amargo me llenaba la boca. Pienso que debió tener varias semanas sin venirse porque ese guebo botó leche como nunca había visto o sentido. Unos segundos después, el del culo empezó a bombearme leche dentro y esto mientras seguía invirtiéndome.
El de atrás le dijo a Ivan: Mira ese guebo como esta blanco. Me había batido la leche de Johan mas la de el, ese guebo debía estar blanco de tanta leche y embestidas. Escuche risas.
El se tiro sobre mi aplastándome y cayendo ambos sobre la cama, sabia que estaría cansado por la práctica de la tarde y toda la ñema que me había dado. Me dijo: maldita perra, me mataste.
A partir de ahí sabia que no había vuelta atrás. Seria la perra, la mujer de todos en el play. Ese momento marco un antes y un después de mi estadía allí.
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