Iván llegó un lunes justo antes de las prácticas, había estado de vacaciones por un tiempo. Ya había sido firmado y está sería sus últimas prácticas antes de irse de viaje. Cuando lo vi por primera vez fue en la oficina con el coordinador, yo iba por una información que necesitaban mis tíos y ahí estaba el, sentado hablando y riendo con el coordinador. Contándole todo lo que había hecho en sus vacaciones y lo contento que estaba porque ya ahora si iba a ganar dinero de verdad.
Cuando lo vi no pude evitar clavar mi mirada en el, ese semental de San Francisco de Macorís había robado mi atención, y es que hasta sentado era alto, además aquellos ojos color miel miraban de una forma penetrante. Solo fueron unos segundos que cruzamos las miradas mientras el coordinador nos presentaba, pero pude sentir como casi leía mis pensamientos. Yo no soy persona de intimidarme fácilmente, pero me impresiono tanto, que incluso había logrado que yo no pudiera sostener la mirada. Sentía que me leía, que sabía lo que pensaba y el problema era que en lo que pensaba era en el.
La práctica fue imposible, se me paraba cada vez que lo veia, sin embargo, no podría evitar dejar de pensar en Iván. Ese macho me había cautivado y lo peor es que lo más probable no tendría la oportunidad siquiera de cogérmelo. No podía dejar de mirar como esos pantalones cortos le marcaban ese culazo y esas 25 libras de guebo tener.
Es un macho alfa pense, notaba como lídereaba a los demás, como los demás eran influenciados por el, de hecho noté como los demás chicos a partir de su llegada, estaban más desinhibidos, más habladores y hasta más simpáticos conmigo. El por el contrario casi ni me miraba, al parecer le era indiferente, pero notaba como los chicos me miraban y luego le hacían algún comentario, sin embargo el, ni así me miraban. Ya tocaría por lo menos verlo desnudo en las duchas, ver aquel cuerpo de que me había cautivado y que al menos intentaría fijar esa imagen en mi cabeza para la paja de la noche.
A las duchas llegue primero que todos los demas, no queria arriesgarme a no verlo.
Todos nos bañamos denudos, no creo que el se bañe en pantaloncillos, pense.
Las duchas del pabellón eran unos baños largos, 9 duchas de cada lados y una al lado de las otras (sin divisiones), todos podian ver lo que los demás hacían, después de todos se supone que todos somos hombre y que lo que tienen uno lo tienen los demás. Ademas pienso que tambien es estrategia para evitar las pajas en los baños.
Ya en las duchas camine todo el largo pasillo, dique buscando la más adecuada, pero lo que buscaba era coger una de las del fondo, los chicos siempre preferian estas porque tenian mas presion y el agua caliente funcionaba mejor, pense que el usaria la misma logica y quizas quedara al lado de la mia. Yo solo pensaba en que quería ver a ese macho por lo menos desnudo, asi que haria lo que fuera para lograr esto.
Los demas chicos fueron llegando, pero para mi sorpresa el que yo queria que llegara nunca llegó. No tenia tenía lógica en mi cabeza, la regla es clara en ese sentido: inmediatamente se termina la práctica todos, sin excepción, deben ir a la ducha para luego comer. Pensé que seguro llegaría un poco después para bañarse con menos gente, para tener el baño solo para el o no se. Estaba confundido.
Ya era evidente que yo estaba haciendo tiempo, esperba a que llegara. Todos los demas ya casi habian terminado de enjabonarse y yo aun ni el jabon cogia. No podia seguir en ese drama, asi que procedi a bañarme normalmente, pero lento, no me iba a rendir tan facil, no iba a dejar de pensar en la posibilidad de verlo desnudo, porque si se veia asi con ropa, no me imaginaba como podia verse desnudo.
En el tiempo que habia podido verlo entrenando habia grabado en mi mente todo sobre el, al menos la parte fisica, Ivan es un hombre de 18 años, pero es imponente, quizas por eso todos los demas chicos giran entorno a el, con un físico musculoso y definido, con postura erguida, segura, de esas que transmite confianza y atraen a las mujer que les gustan las testosteronas. Con una sonrisa cálida y genuina, media sarcástica cuando cruza mirada conmigo (quizás ya sabe que soy maricón), de mandíbula marcada y definida, ese rasgo que es considerado de macho masculino y que nos pone malas. Cabello un poco largo, ondulado y barba bien cuidada que me hizo pensar que es metrosexual y lo más importante (al menos para mi), de manos fuertes y bien cuidadas y pies grandes (UFFFF) y bien plantados.
Me imaginaba en sus brazos mientras me hacia el amor (que amor) mientras me singaba en las duchas solo con jabón aunque me picara.
Todos estos pensamientos me llevaron y me envolvieron, así que, me olvide de donde estaba. Fue cuando escuché las burlas y las risas de los demás chicos. Estas risas me hicieron despertar de mi fantasía y es que mientras pensaba, me había empezado a tocar y se me paro el guebo, todo esto delante de todos. Ustedes se imaginarán todo lo que dijeron los demás chicos, ¿no?, cundango, la escopeta de todo, todo, todo. Se reían, se burlaban, algunos decían: ven se los dije que es maricon.
Los demás chicos vinieron a mi ducha y me rodearon, me decían cosas, al parecer no dejarían eso así. Tengo que confesar que me asusté, imagínate 15 chicos adolescentes entre 14 y 18 años diciéndome cosas, pensé que se pondrían violentos y me golpearían y eso era lo que más me asustaba.
Cuando ya pensé que me entrarían a golpes, me tiré al suelo. Agachándome me cubrí la cabeza, si me iban a golpear debía proteger lo más importante, solo esperaba la primera galleta o el primer trompón. Se que cuando hay muchas personas molestas las cosas pueden de 0 a 100 en segundos y solo temía por mi seguridad. Pensaba oh dios mío, mis padres me mandaron aquí por un castigo y ahora moriré aquí, sin posibilidad de pedir ayuda porque las duchas están muy lejos de las oficinas.
De repente se escuchó una voz que decía:
¿Qué pasa aquí?
Seguido a esto unas manos separaron los cuerpos de los chicos que estaban en frente de mí, cuando subí la cabeza, pude ver quien era. Era el, había llegado a bañarse y vio el tumulto. Sin embargo, en mi cabeza loca y fantasiosa pensaba:
Es el, mi macho vino a salvarme y luego de eso me pedirá una recompensa que no podrás ser menos que el culo, al fin al cabo salvaría mi vida, se lo daré. Que loco soy.
Iván me agarro por los hombros y me puso de pies, me dijo:
¿Entonces eres la perrita de la que tanto me han hablado?,
Yo me quede frio, al parecer los demás chicos ya le habían contado de mí, en ese momento vino a mi cabeza las veces que me había partido para que los chicos me dieran ñema e incluso recordé cuando intente conversar con los chicos durante la noche y que terminaron burlándose de mí.
¿Te lastimaron perrita? Pregunto Iván.
No, le respondí, mientras miraba esos ojos grandes y ese cuerpo en toallas.
No soy ninguna perrita, le dije. Privando en que yo sí, tampoco dejaría que me humille frente a todos.
Serás lo que yo quiera que seas, me respondió. Mientras todos aprobaban y hacían gestos de esta perra no sabe con quién se mete.
No te preocupe, perrita. Aquí nadie te tocara a menos que yo lo ordene. Incluso el culo que quieres que te rompan solo será si yo se lo ordeno. Me dijo.
En ese momento entendí todo, él tenía todo controlado, su influencia en los chicos era más fuerte y significativa de lo que yo pensaba. Al parecer era el amo y señor, no sé si por ser de los que más edad tenia, por ser el más fuerte o por ser uno de los dos que estaban firmados, pero de que tenía una fuerte influencia la tenía.
Agáchate. Me dijo.
Yo dude, lo mire y como no quería mis golpes, al fin y al cabo, ya eran 16 y yo solo uno. Indefenso, temeroso, así que, termine obedeciendo.
Ahora cierra los ojos, abre la boca. Me dijo.
Te meteré algo grande y duro, algo que nunca te has metido antes.
En ese momento sentí escalofríos por todo el cuerpo, aunque quería de ese macho, pensé: no es así como lo quiero, quería estar a solas con él.
Tenía miedo de que todos terminaran teniendo ganas y tener que atenderlos a todos ahí mismo, después de todo ni siquiera había podido prepararme para darles el culo.
Al diablo con todo, pensé. Si tenía que ser delante de todos los demás no me importaría, me imagine mamando ese guebo y luego siendo obligado por los demás 15 chicos, también me imagine todos con los guabos parados alrededor mio y esperando a que termine con Ivan para ponérmelo en la boca y también darles placer a ellos. Me imagine como una perra en calor, arrodillado y mamando esos guebos hasta dejarlos sin esa crema blanca que tanto nos gusta y yo finalmente con la cara toda llena de leche sintiéndome vulnerado, violado y forzado.
Abre bien la boca, que lo que te voy a meter es bien grande. Dijo.
Johan, tápale bien los ojos a la perra esta, para que no haga trampa.
Johan se puso detrás de mí y me sujeto los ojos con fuerza, pude sentir su guebo parado en mi espalda, yo solo pensé, baja un chin más y pónmelo en el culo.
Mientras Johan me sujetaba los ojos, sentía como algo grande y gordo me entraba en la boca. En ese momento pensé: Coroné, al fin me voy a comer a todos estos machos atléticos, rechos y con mucha leche en esos granazos. De ahora en adelante seria la perra del play, vendrían por mi boca y culo cuando sintieran ganas, con esto rompería el hielo y comenzarían a verme como el culo saca leche.
Unos segundos después de tenerlo en la boca Johan me soltó, y sentí como mi saliva se ponía con un sabor manchoso, como a mango verde y como con sabor a perfume. Para mi sorpresa me habían metido el jabón Dove en la boca.
Eso es para que primero te laves la boca perra, esos guebos son premium y algunos seremos millonarios pronto. Dijo Johan.
Para cuando abrí los ojos Ivan se había ido. Al parecer solo quería humillarme pensé. Todos le siguieron, con excepción de Johan quien me dijo:
Te salvaste perra, le gusto ese culo al Iván, ahora serás nuestra perra, solo espero ser el primero en romperte. Ya hacía falta este guebo ya no soportaba más pajas.
Por:
Martin Guzman.
Recuerda dejar comentarios.
Lee la primera parte haciendo click aquí...